La economía argentina crecerá 2,5% el año próximo, cuando se posicionará entre las que más mejorará en América Latina, predijo un informe difundido hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La organización internacional mejoró así las perspectivas económicas de Argentina en relación a la previsión difundida en septiembre, al indicar que espera que este año crezca un 8% (cuatro décimas más) y del 2,5% en 2022 (seis décimas más).
Ambas previsiones de crecimiento están por debajo de las calculadas por el Gobierno para este año, del 10%, y el próximo, del 4%, de acuerdo al proyecto de Presupuesto Nacional 2022 enviado al Congreso, al que se considera desactualizado debido a la inflación y el aumento de la emisión monetaria y del déficit fiscal.
De todos modos, el crecimiento económico previsto por la OCDE y el Gobierno apenas alcanza para compensar el fuerte retroceso de la economía argentina registrado en 2020 como consecuencia de la pandemia de coronavirus. La economía argentina permanece estancada desde 2014, coinciden los analistas.
El informe de la OCDE sostiene que un ajuste fiscal que reduzca el déficit del Tesoro sigue siendo un factor clave para mejorar las condiciones económicas de la Argentina.
Sostuvo que podría mejorarse la eficiencia del gasto público con una reducción del empleo público y de los subsidios sin afectar los gastos sociales «bien focalizados».
La OCDE recortó ligeramente su previsión para el crecimiento mundial en 2021, que calculó en 5,6% (0,1 puntos por debajo de lo previsto en septiembre. Su informe «Perspectivas Económicas Mundiales» advierte que la recuperación económica global «es fuerte, pero desequilibrada».
Señaló que Colombia el país latinoamericano con mayor crecimiento para 2022 (5,5%), seguido por Costa Rica (3,9%), Chile (3,5%), México (3,3%), Argentina (2,5%) y Brasil (1,4%).
«La producción en la mayoría de los países de la OCDE ha superado su nivel de finales de 2019 y está convergiendo en su camino pre pandémico, pero las economías de ingresos más bajos, en particular aquellas donde las tasas de vacunación son bajas, corren el riesgo de quedarse atrás», puntualizó.
La recuperación económica «también es desigual en las economías avanzadas. El empleo sigue siendo relativamente débil en los Estados Unidos, pero ya está por encima de su nivel pre pandémico en la zona del euro. Al mismo tiempo, el PBI (Producto Bruto Interno) de Estados Unidos se ha recuperado más rápido que el de Europa».
Advirtió que el mercado laboral «está desequilibrado» ya que «muchas personas luchan por encontrar trabajo, pero las empresas de varios sectores tienen dificultades para contratar trabajadores. Las habilidades exigidas a raíz de la crisis no son necesariamente las mismas que antes».
En ese sentido, indicó que la escasez de trabajadores en algunos sectores «también refleja una disminución en las tasas de participación de la fuerza laboral en la mayoría de los países de la OCDE».
«Se espera que la participación se normalice a medida que los efectos de la pandemia disminuyan, aumentando la oferta de mano de obra, lo que ayudará a mantener un crecimiento salarial moderado», agregó.
Además señaló que los desequilibrios «también persisten en todas las industrias, y los sectores que dependen del contacto interpersonal, como los viajes, el turismo y el ocio, continúan sufriendo, mientras que la demanda de bienes de consumo ha sido fuerte, especialmente en los Estados Unidos».
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