El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, sostuvo que la inseguridad ciudadana “sucede en todas partes del mundo y si miramos las estadísticas vemos otra cosa”, al comentar hoy la oleada de protestas por el asesinato de un kiosquero durante un asalto cometido el domingo en la ciudad de Ramos Mejía, en el partido bonaerense de La Matanza.
“Estamos buscando la mejor forma de administrar los recursos” para combatir el auge de la delincuencia en la provincia de Buenos Aires, apuntó en declaraciones a radios.
“Es un momento muy triste y muy doloroso. Venimos trabajando con La Matanza hace más de 20 días, un mes, y venimos haciendo un trabajo lo más prolijo posible en cuanto a la utilización de los recursos humanos con los que contamos. Ante esta desgracia uno solo se puede solidarizar con los padres”, agregó.
Fernández matizó que «cuando uno está revisando estas cosas, las estadísticas son nada». «Estamos hablando de una vida humana truncada por nada. Entonces no se pueden explicar muchas cosas cuando estamos trabajando en algo tan delicado, tan cuidadoso y sin solución”, insistió.
Dijo que “desde 2019 a la fecha las estadísticas muestran que no hubo más situaciones delictivas” en el territorio bonaerense.
La Policía bonaerense reprimió anoche con gases lacrimógenos y balas de goma a una multitudinaria manifestación de vecinos para evitar que se acercaran a una comisaría situada en pleno centro de Ramos Mejía, a tres cuadras del kiosco asaltado el domingo por un joven de 29 años y una adolescente de 15, los presuntos responsables del asesinato del dueño del comercio, Roberto Sabo.
“No es ni la mano dura ni la mano blanda. Cuando actuamos en lugares federales, intimamos a que se termine y finiquitado el término impuesto se practican las detenciones”, afirmó Aníbal Fernández.
“Yo nunca voy a estar del lado de la represión. Estuve cinco año en la fuerza y me fui sin un muerto”, agregó.
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que hubo represión para evitar que los manifestantes atacaran la comisaría, donde hay 30 presuntos delincuentes detenidos. «Si llegan a prender fuego la comisaría, me calcinan 30 detenidos», remarcó.
El asesinato de Sabo desató una ola de protestas en las que se repudió a los gobiernos de Alberto Fernández, y Axel Kicillof, a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y al intendente de La Matanza, Tomás Espinoza, a quien le recriminaron «no estar nunca» en su despacho de jefe comunal.
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