Las empresas ven un panorama de desaceleración en materia de rentabilidad e inversión para 2022, según la encuesta anual elaborada por la consultora EY Argentina junto con el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que contó con la participación de 80 compañías del país.
El pronóstico se basa en la comparación con el relevamiento efectuado entre la misma cantidad de empresas sobre lo que esperaban para este año.
Las empresas consideran que la principal acción que podría realizar el Estado para mejorar la competitividad y el plan de inversiones es generar una simplificación tributaria y administrativa, según la encuesta sobre las perspectivas del año próximo.
En este sentido, el 66% de las empresas consultadas creen que crecerán sus ventas el año próximo, un 24% prevé que se mantendrán y un 10% sostienen que bajarán. En el relevamiento para 2021, las previsiones para el actual calendario mostraban un 80% de perspectivas de crecimiento, un 13% proyectaba que no habría alteraciones y un 7% entendía que tendrían un decrecimiento.
La visión menos optimista de las compañías se refleja además en la rentabilidad y las inversiones el año próximo. Un 47% estima que mejorarán sus rentas, el 25% piensa que se mantendrá constante y un 27% que disminuirá. Para este año, un 62% esperaba una mejora, un 24% que se mantuviera constante y un 14% que hubiera una baja.
En cuanto a las inversiones previstas para 2022, las empresas proyectan en un 49% que crecerán, un 40% espera que sean constantes y un 11% que decrecerán, mientras que los pronósticos para el año en curso reflejaban perspectivas de crecimiento en un 56%, el 31% señalaba que se mantendrían constantes y el 13% que tendrían un retroceso.
“Este año se produjo un rebote económico de la significativa caída de 2020 y, fundamentalmente, basado en la utilización de capacidad instalada ociosa, pero el crecimiento de mediano plazo deberá estar acompañado de inversiones genuinas”, remarcó Pablo De Gregorio, de EY Argentina.
El plan de inversiones de este año estuvo enfocado mayoritariamente en los activos fijos e incorporación de tecnología (69%), en el cual un 61% contestó que no afectó la necesidad de nueva mano de obra.
En relación a las medidas generales que favorecerían la confianza al momento de decidir una inversión, las compañías hacen hincapié especialmente en un plan económico claro y sustentable (30%); una reforma tributaria que estimule la inversión (25%); y una política cambiaria estable (23%).
Por otro lado, el estudio refleja que los sectores con mayor potencial para impulsar el crecimiento y la exportación continúan siendo los agronegocios, servicios y energía. “Sumar a los motores tradicionales de nuestra economía la exportación de servicios, es darnos cuenta de que podríamos exportar educación, generando muchas fuentes de trabajo integradas al mundo”, destacó De Gregorio.
De cara al siguiente calendario, las empresas también esperan diversos cambios en sus modelos de negocios, entre los que se destacan la consolidación del trabajo remoto parcial (31%), la digitalización de los procesos (28%), una mayor inversión en tecnología (17%) y un aumento del canal de ventas online (9%).
El informe revela que la incertidumbre sobre la evolución de la economía hace que no haya interés en tomar nueva deuda (59%) y financiar los nuevos proyectos mayormente con capital propio.
Entre los temas que mencionaron las compañías sobre los cuales la dirigencia debería promover algunas políticas de Estado se encuentran: el equilibrio macroeconómico (27%); el tamaño del Estado, gasto público y régimen fiscal (27%); y el crecimiento, desarrollo y reducción de la pobreza estructural (15%).
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