El papa Francisco aseguró que «algunos» religiosos del Vaticano lo querían muerto luego de la operación de colon a la que se sometió el pasado 4 de julio pasado, y además hubo cardenales que «preparaban el cónclave» para elegir a su sucesor en el pontificado.
«Todavía vivo. Aunque algunos me querían muerto», declaró en un encuentro con jesuitas la semana pasada en Eslovaquia cuyos detalles reveló hoy la revista de la Compañía de Jesús «La Civiltà Cattolica».
«Incluso hubo encuentros entre prelados, que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se dijo. Preparaban el cónclave», agregó Francisco, de 84 años.
El papa se refirió así a movimientos dentro de la Curia romana tras la operación de colon a la que se sometió en julio pasado en el hospital Gemelli de Roma, donde permaneció diez días internado antes de regresar al Vaticano.
El cónclave (bajo llave en latín) es la reunión a puertas cerradas de cardenales menores de 80 años, los llamados «electores», dentro de la Capilla Sixtina para elegir a un Papa en caso de renuncia o muerte del Pontífice.
Luego de la operación, en la que le extrajeron 33 centímetros de intestino para tratar una diverticulitis, Francisco inició una recuperación en su residencia de Casa Santa Marta y luego se lo vio de buena forma y sonriente durante su reciente gira de cuatro días por Hungría y Eslovaquia.
En agosto pasado, Francisco había desmentido rumores sobre su renuncia al remarcar que «nunca» se le «pasó por la cabeza» dejar el pontificado.
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