El histórico dirigente radical Juan Manuel Casella ratificó su apoyo a la renovación «de ideas, métodos y personas» en la Unión Cívica Radical (UCR), con dirigentes como el senador Martín Lousteau y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Casella, exministro de Trabajo y dirigente de la UCR bonaerense, admitió que su partido “tiene hoy fuertes desequilibrios” pero “está presente en la sociedad”.
En este sentido, destacó que en las elecciones internas del 21 de marzo pasado en la provincia de Buenos Aires votaron 120.000 personas «en una movilización espontánea porque el voto en la UCR no es obligatorio y además es el único partido político argentino que recurre al voto interno”.
«Aplaudo la aparición de una nueva dirigencia que asume el compromiso de luchar por la reivindicación de la Argentina popular e igualitaria”, dijo en un reportaje al programa radial Volviendo Al Norte, que se emite por FM 913 Radio Simphony.
“Lousteau es un actor importante en este proceso, es joven, inteligente, tiene buena formación, un discurso que se comprende, un carisma adecuado porque los jóvenes de acercan a él”,
“Posse es intendente desde hace tiempo porque la gente lo vota, y lo vota porque gobierna bien y gobernar bien en la Argentina de hoy, es un mérito muy necesario para que el país evolucione”, consideró Casella.
Sostuvo que “todos los partidos deberían abrir espacios para la participación de los jóvenes, promover esa participación y una de las razones de mi continuidad en política, -no pretendo ningún cargo- es abrir espacios para que los jóvenes entren a la política”.
“Carecemos de una dirigencia adecuada, tenemos una mediocridad dirigencial que llevó a perder presencia, no hay grandes ideas, hace mucho que no hay debate, hace mucho que los radicales no nos convocamos para pensar cómo queremos diseñar la salida para este país”, advirtió Casella.
“Me parece que ese es un defecto muy grande que retrasa la aparición del radicalismo en el escenario político, pero también retrasa la búsqueda de soluciones colectivas para la Nación.”, agregó.
Explicó que este problema se originó en los años 90 cuando “el pragmatismo ganó espacio, y mucha gente piensa que los partidos políticos son plataformas electorales, y nada más. Es decir, piensan en términos de cargos públicos y no de ideas, conceptos y valores”.
Históricamente “los políticos pensaron primero en términos de ideas, de conceptos y de valores y después compitieron electoralmente”, en cambio ahora “los políticos argentinos tienen una tendencia de creer que los partidos políticos sean instrumentos electorales y nada más», puntualizó.
«Y por eso no hay debate en la Argentina, no hay discusión sobre temas básicos: como organizamos la economía, la salud pública para no repetir esta tragedia, como consolidamos el proceso de enseñanza”, agregó.
“Hay temas centrales que no se debaten no se discuten y estamos en una disputa de la extrema para un lado, de la extrema para el otro, de un lado Cristina Kirchner, del otro Patricia Bullrich y ese tipo de disputa deforma e impide la evolución a una convivencia civilizada”.
Advirtió que el radicalismo “debe ser fiel a su partida de nacimiento. Cuando Leandro N. Alem decidió fundar a la Unión Cívica Radical dijo “la nuestra es la causa de los desposeídos”.
“En este momento la Argentina tiene un problema social enorme: 42 por ciento de pobreza, lo cual es inmoral e inexplicable”, sentenció.
El radicalismo «tiene que estar dentro de Juntos por el Cambio para favorecer las soluciones progresistas, para imponer el cambio social, para transformar a la Argentina para que vuelva a ser un país justo con buena distribución del ingreso».
«Que nadie diga que esto es culpa de éste o aquél gobierno: hay un proceso argentino de decadencia, del que todos participamos en alguna medida” y en tal sentido subrayó que “los radicales debemos hacer autocrítica”, remarcó Casella.
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